LA ANUNCIACIÓN

C. 1473–1475. ÓLEO Y TÉMPERA SOBRE ÁLAMO

La Anunciación, que Leonardo comenzó a pintar cuando tenía tan solo 21 años, fue su primera obra maestra. Situada en el jardín de una rica villa toscana del siglo XV, la pintura representa el momento en el que el arcángel Gabriel se aparece ante María para anunciarle que pronto será madre. En su mano izquierda, Gabriel sostiene una azucena, símbolo de la pureza de María. La figura de María se ve enfatizada por la suave luz del amanecer que desciende desde la izquierda para iluminar su rostro. A lo lejos, Leonardo ha representado una ciudad portuaria con barcos y embarcaciones flotando en el puerto, más allá de la cual se encuentran picos escarpados que conducen al punto de fuga en la distancia. Las miradas entrelazadas de las dos figuras recuerdan al espectador la importancia de la escena que se desarrolla. Si bien los estudios de Leonardo sobre el vuelo lo habrían llevado a pintar alas más largas en Gabriel, las convenciones artísticas de la época obligaron a Leonardo a pintarlo con una envergadura más corta. Científicamente hablando, tenía razón en sus cálculos de que la envergadura de las alas del ángel debería ser de un mínimo de doce metros (39 pies) si el ángel realmente volara, un hecho que señaló al describir sus máquinas voladoras.