MANUSCRITO DE PARÍS HF44r
Las numerosas disecciones que Leonardo realizó sobre animales voladores y humanos lo llevaron a creer que los pájaros tienen músculos pectorales y músculos de los brazos mucho más fuertes que los humanos, lo que le hizo temer que los humanos no tuvieran la fuerza física necesaria para batir alas lo suficientemente grandes como para poder volar. Para superar esta deficiencia natural, diseñó artilugios para desarrollar y probar la fuerza muscular en las áreas necesarias para impulsar el aleteo de las alas.
Además, durante su período en Milán, Leonardo realizó estudios exhaustivos sobre formas de reducir el esfuerzo necesario para levantar objetos pesados. Diseñó varios tipos de poleas, algunas simples y otras extremadamente complejas. Mediante el uso de poleas, Leonardo demostró que un brazo humano podía levantar objetos muy grandes y pesados con poco esfuerzo al distribuir el peso de un objeto pesado sobre varias poleas espaciadas de manera uniforme. Varias de sus máquinas voladoras, en particular sus ornitópteros, hicieron un buen uso de las poleas para optimizar la fuerza de la fuerza humana. Sin embargo, incluso con el uso de poleas, dados los materiales pesados de la época (como la madera y la lona), batir alas lo suficientemente grandes como para volar no era posible. Esta constatación llevó a Leonardo a centrar su atención en otras formas de vuelo, como el planeo, que parecían mucho más prometedoras.